Muchos momentos importantes de mi vida, han sucedido en torno al café. Desde que era niña, el aroma del café simboliza para mí felicidad, porque lo asociaba a salir a desayunar con mis abuelos, la sobremesa y aunque el sabor en ese momento no me gustaba, su aroma se impregnó en mi mente y en mi corazón.
Crecí y en la carrera me aconsejaron beber café pero este nunca me ha quitado el sueño (al menos que esté quemado o sea frappé) al contrario, siempre me ha relajado y me ayuda a enfocar porque me siento en un lugar seguro.
Amo el aroma del café en una mañana lluviosa, una mañana de invierno, una tarde de octubre, incluso en una mañana de verano mientras estoy de paseo por un pueblo mágico o en la autopista. Amo estar sentada en una mesa disfrutando de la compañía de algún amigo o de mi familia, riendo de cosas simples o abriendo mi corazón a cosas que son difíciles de expresar para mí, pero el aroma, me coloca en un lugar seguro en donde sé que estoy bien. Amo la magia que hay en compartir una taza de esta bebida compleja con personas valiosas para mí, que me permiten ser parte de su vida y de su día a día, porque aunque no hablemos todos los días, nos reunimos a tomar café, porque una plática de calidad, amerita una bebida de calidad. Incluso en los momentos que he estado en solitud, disfruto ir a las cafeterías y mientras bebo un café, ponerme a dibujar, esto es algo que disfruto mucho porque me relaja, disfruto ir a trabajar a un café lindo, con intención y disfrutar de su atmósfera porque es sano mentalmente cambiar de aires para mí.
El café me ha conectado con personas, lugares y situaciones que me inspiran. Muchas veces el ir a “tomar un café” es más que una actividad física, es una actividad que alimenta el espíritu y tranquiliza la mente, porque, aunque me tome un chocolate o la otra persona no tome café, la frase “vamos por un café” tiene un simbolismo muy fuerte de algo bueno.
Es por eso que el café es un estilo de vida, esta rutina se vuelve un ritual, desde elegir la forma de prepararlo hasta la taza en el que lo serviremos.
Que siempre tengas un café rico por tomar, en una taza bonita que disfrutar.
